Un día decidí escribir, no sabía nada
de este mundo mágico de las letras,
fue ahí cuando la ví por vez primera
me enamoré, era un muy joven aún
tomé un cuaderno, empecé a redactar
unas línea para ella, fuimos novios
y «solo Dios sabe cuánto te quise».
.
.
El tiempo fue pasando, la vida también
ella tomó su rumbo y yo tomé el mío,
han pasado tantas lunas y el viento
es cómplice de un amor de colegio,
de repente apareció un nuevo amor
dirán ese poeta es muy enamorado
con ella comprendí sinceramente
que «amar es desnudarse de los nombres».
.
.
Épocas aquellas cuando uno no entendía
que era el amor, pero «el exilio del tiempo»
ha dejado huellas irreparables en el mí
que irónicamente las sana el amor verdadero,
ella, si ella la joven que cautivó mi ser
vivimos intensamente todo, y si me preguntan
hoy por hoy lo continuamos viviendo.
.
.
Del juego de novios se pasó a una relación
de amantes, si no se sorprendan «amantes»
el libido despertó todo tipo de bajos instintos
a tal punto que un día ella me susurró al oído
amor «hoy de mí misma nada me ha quedado»
todo lo he entregado a nuestro amor sincero,
ese que disfrutamos siempre al ser uno solo.
.
.
«Las ideas no se matan», mucho menos el amor
y es así que en toda estas líneas siguen vivos
todos y cada uno de los sentimientos sinceros
que un poeta podría plasmar, pero les recuerdo
yo no soy poeta, solo intento grafear un palpitar
un sentir o no sé cómo describir lo que siente
día a día mi corazón por el amor y la vida.
.
.
Debe estar conectado para enviar un comentario.